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Cuidados Durante los Primeros Meses de Vida

Después de las primeras semanas de vida, es necesario trasladar a la ternera a corrales donde pueda convivir con otras de su misma edad y tamaño. Estos corrales deben contar con instalaciones adecuadas para mantener la limpieza y con dispositivos para suministrar suplementos alimenticios. Además, es importante que tengan acceso a un patio de recreo o a un potrero donde puedan pastar y ejercitarse.

En cuanto a la alimentación de las terneras, existen dos sistemas diferentes. Uno consiste en suministrar cantidades limitadas de leche entera, mientras que el otro implica el uso de un reemplazador comercial en lugar de la leche. En el caso del segundo sistema, los fabricantes proporcionan en las etiquetas de los envases las recomendaciones de alimentación adecuadas. Ambos sistemas han demostrado buenos resultados y en general consisten en disminuir gradualmente las cantidades de leche o reemplazador, hasta que las necesidades nutricionales de las terneras puedan ser cubiertas por forraje y mezclas balanceadas.

Cuidados de los Seis Meses en Adelante

Cuando una ternera alcanza los 6 meses de edad, ya no debería depender de la alimentación a base de leche o reemplazadores y debe estar lista para pastar en potreros regulares. Estos potreros deben contar con áreas sombreadas, agua limpia y suficiente, comederos para sales minerales y mezclas balanceadas que estén protegidos del sol y la lluvia.

Para renovar periódicamente el hato, se deben seleccionar novillas que prometan ser productoras de alta calidad, preferentemente aquellas que son descendientes de los mejores toros y vacas. Por lo general, se considera que el 25% de las vacas del hato necesitan ser reemplazadas cada año, ya que algunas de ellas dejan de ser económicamente viables con el tiempo.

Considerando las pérdidas que suelen suceder entre los animales jóvenes, se puede estimar que para mantener estable el hato, es necesario producir de 2 a 3 terneras por año por cada 10 vacas que tenga el hato. Este sistema brinda al ganadero un amplio margen para seleccionar las novillas de las mejores vacas lecheras y desechar las crías de las que producen poco.